En el corazón de los debates nacionales, especialmente en tiempos de compromisos electorales, un descubrimiento preocupante desafía la narrativa gubernamental. Recientes cifras del Latino Barómetro revelan una realidad de inseguridad que contrasta dramáticamente con las afirmaciones oficiales, mostrando un aumento alarmante en la tasa de victimización por delincuencia.
Según el Centro de Estudios de Seguridad y Defensa (CESEDE), se anticipó un incremento en la criminalidad que superaría los registros del año anterior. Sin embargo, en un giro inesperado, el ministro Santos reportó una estabilización en la tasa de homicidios del 12.37%, lo que suscita dudas sobre la manipulación de las estadísticas para transmitir una falsa sensación de seguridad.
El informe del Latino Barómetro contradice esta declaración, indicando que la tasa de victimización alcanzó el 24% en 2023, reflejando no solo la gravedad del problema, sino también la percepción de una significativa porción de la población dominicana que ve la delincuencia como uno de los principales problemas del país.
Esta situación se ve exacerbada por la falta de transparencia del Centro de Análisis de Datos de la Seguridad Ciudadana (CADSECI), que ha dejado de proporcionar actualizaciones sobre las estadísticas de criminalidad. Este silencio no solo genera desconfianza en las instituciones responsables de la seguridad, sino que también obstaculiza un análisis objetivo y la implementación de soluciones efectivas.
